lunes, 12 de diciembre de 2011

Basileia


Acuérdate del día de reposo para santificarlo 1  
2009-02-01


Rev. Jaerock Lee

: Acuérdate del día de reposo para santificarlo.
: <Éxodo 20: 8 -10>
“Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra\; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios\; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. ”
Si bien el Apóstol Pable era judío, también tenia la ciudadanía del Imperio Romano, La nación más fuerte de esos tiempos.

Él tenía el derecho de viajar por los alrededores libremente, y el derecho de evitar cualquier castigo legal sin el apropiado juicio.

Una vez, Pable hizo uso del privilegio de su ciudadanía romana en uno de sus viajes misioneros.

Inclusive hoy en día, si somos ciudadanos de un país poderoso, vamos a gozar de muchos privilegios.

Sin embargo, el hecho es que hemos recibido una ciudadanía que no puede compararse con ninguna otra de cualquier país de la tierra. Hemos sido hechos ciudadanos del reino de los cielos.

El Apóstol Pablo, teniendo la ciudadanía romana, confesó en Filipenses 3:20: “Mas nuestra ciudadanía está en los cielos”.

Tenemos el privilegio de vivir como ciudadanos en el reino de los cielos para siempre. Ahora bien, ¿de qué manera probamos que tenemos la ciudadanía de los cielos? Aquí, en la tierra, lo hacemos mediante nuestra tarjeta de ID\; del mismo modo, nos es necesario tener la tarjeta de ID del reino de los cielos.

Por supuesto, esta tarjeta de ID no se le otorga a cualquier persona\; sino que es sólo para aquellos que tienen fe.

Pero necesitamos evidenciar que nuestra fe es verdadera, y tal evidencia es santificar el Día de Reposo y el dar los diezmos. Esas dos cosas son la evidencia básica que prueba que somos ciudadanos del reino de los cielos.

Recientemente, he escuchado muchos testimonios que afirman haber sido muy bendecidos después de poner en práctica la palabra compartida en la serie de sermones sobre los diezmos.

A partir hoy, les compartiré en varias sesiones sobre santificar el Día de Reposo. Es mi anhelo que se disfruten de los privilegios de ser ciudadanos del cielo al santificar el Día de Reposo y al dar los diezmos completos.

Si bien ustedes no son creyentes nuevos en la fe, yo espero que una vez más verifiquen si están santificando el Día de Reposo o no.

Con tan sólo comprobar si santifican el Día de Reposo o no, ya pueden verificar la medida de su fe.

Ahora, oro en el nombre del Señor para que teniendo una verdadera y completa fe, reciban así la ciudadanía de la Nueva Jerusalén, entre todas las demás moradas del reino celestial.


Amados hermanos y hermanas en Cristo, el Día de Reposo es el día de reposar en el Señor.

En los tiempos del Nuevo Testamento, el Día de Reposo es el domingo\; el cual por otra parte, es llamado el Día del Señor.

Les explicaré en detalle casi al final del sermón por qué el Día de Reposo se ha convertido en el Día del Señor en el Nuevo Testamento.

Ahora bien, ¿por qué debemos santificar el Día de Reposo? Simplemente porque Dios Creador nos lo mandó. Para entender el por qué Dios nos mandó que santificáramos el Día de Reposo, adentrémonos en el origen del Día de Reposo.

Si nos vamos a los orígenes del Día de Reposo, nos encontramos con el “comienzo”, donde Dios creó los cielos y la tierra y todo lo que en ella hay.

Génesis 2:1-3 dice, “Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos. Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo\; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo. Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación”.

Dios creó los cielos y la tierra en seis días\; y al séptimo, descansó. Él lo bendijo y lo santificó.

Y luego Dios les dio este mandamiento de santificar el Día de Reposo al pueblo de Israel después de que salieran de Egipto. Fue el cuarto mandamiento dentro de Los Diez Mandamientos.
Éxodo 20:8-10 trata sobre el Día de Reposo. El pasaje dice, “Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra\; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios\; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas”

Más adelante, el versículo 11 del mismo capítulo nos explica el por qué se nos manda santificar el Día de Reposo.

El versículo dice, “Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día\; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó”.

El santificar el Día de Reposo encierra el significado de que creemos que Dios es el Creador. Por lo tanto, significa que reconocemos el hecho de que Dios es el dueño y señor de todo el vasto mundo espiritual así como del físico.

En otras palabras, santificar el Día de Reposo es el acto de reconocer la autoridad espiritual de Dios.

Es el mismo principio que aplica al dar el diezmo completo, es reconocer la soberanía de Dios sobre todas las cosas materiales.

Espero puedan darse cuenta cuánto significado conlleva el santificar el Día de Reposo.

El pueblo de Israel fue apartado como pueblo santo para Dios al santificar el Día de Reposo.

Éxodo 31:13 dice, “Tú hablarás a los hijos de Israel, diciendo: En verdad vosotros guardaréis mis días de reposo\; porque es señal entre mí y vosotros por vuestras generaciones, para que sepáis que yo soy Jehová que os santifico”.

En tanto y en cuanto ellos santificaban el Día de Reposo, Dios también guardaba al pueblo de Israel.

Él los guardaba de pruebas y juicios, y de diferentes tipos de calamidades.

En la actualidad, se aplica el mismo principio. Nosotros gozaremos de protección y bendición cuando, como Hijos de Dios, santificamos el Día de Reposo.

En ocasiones, algunos miembros de la iglesia se acercan para recibir oración porque han sufrido algún tipo de accidente de tráfico o percances en sus negocios.

En varias oportunidades, han resultado ser personas que no santificaban el Día de Reposo o que no eran fieles con los diezmos.

Si bien estar protegido y recibir bendición es importante, pero lo más importante es la salvación de nuestro espíritu.

En los tiempos del Éxodo, cierta persona recogió algo de madera en el Día de Reposo, y Dios no lo perdonó, sino que mandó que lo matasen.

Eso fue para decirles a los israelitas que debían morir desde el mismo momento que no santificaban el Día de Reposo porque ya no tenían nada que ver con Dios.

Hoy en día, la justicia espiritual se aplica del mismo modo.

Si no guardamos el domingo, entonces no tenemos nada que ver con Dios, y caeremos en la muerte.

No estoy hablando de aquellos que son nuevos creyentes ni de los que han comenzado recién a venir a la iglesia y su fe aún es débil.

Me estoy refiriendo a aquellos casos en los cuales sí tiene fe y conocen la verdad pero aún así, no guardan el domingo. O casos en los cuales aseguran estar guardando el domingo pero no lo hacen de manera apropiada.

Pero si entendiésemos la verdadera intención de Dios al pedirnos santificar el Día de Reposo, no nos sentiríamos forzados a hacerlo por el miedo.

Sino que Dios lo mandó para que tuviésemos el verdadero descanso en Su amor como Sus hijos.

Queridos hermanos y hermanas en Cristo, este mismo amor de Dios se mostró claramente cuando envió a Jesús a la tierra.

Después de que Jesús resucitó, el Día de Reposo fue cambiado. Hasta ese entonces, había sido el día sábado, pero tras la resurrección del Señor, lo ha sido el domingo. Incluso, nosotros ahora le llamamos el Día de Reposo del Señor.

¿A qué se debe? Cuando pase a explicarles la razón, es mi anhelo que lleguen a entender el verdadero significado de por qué Dios nos ha dado el Día de Reposo.

Los judíos, quienes aún guardan la Ley del Antiguo Testamento, todavía guardan el sábado como Día de Reposo. Asimismo, existe un grupo de protestantes que también guardan el sábado como Día de Reposo.

Existen personas que sostienen discusiones a cerca de cuál es el correcto. Yo espero que prestando atención a lo que voy a explicarles, no tengan confusión alguna al respecto.

Para darles primeramente la conclusión, la razón por la cual guardamos el domingo como Día de Reposo es porque nuestro Señor resucitó un domingo.

Marcos 16:9 dice, “Habiendo, pues, resucitado Jesús por la mañana, el primer día de la semana, apareció primeramente a María Magdalena, de quien había echado siete demonios.”

Ya que el Día de Reposo en el antiguo Testamento era el sábado, el día después era el domingo.

Jesús fue crucificado el viernes, y resucitó en las primeras horas de la mañana del domingo, en el tercer día de crucificado.

No obstante, permítanme explicarle brevemente por qué se designó el día sábado como Día de Reposo en el Antiguo Testamento.

Dios creó los cielos y la tierra en seis días y descansó el séptimo. Entonces, las personas guardaban el sábado como Día de Reposo, ya que es el séptimo día de la semana\; es decir, domingo, lunes, martes, miércoles, jueves, viernes y sábado.

Ellos descansaban desde que se ponía el sol el viernes hasta la puesta de sol del sábado.

Mas, ¿habrá alguien que se pregunte por qué el domingo es el primer día de la semana?

Por favor, observen el calendario.

La mayoría de los calendarios que empleamos hoy en día tienen al día domingo como el primer día de la semana y como feriado.

Por supuesto, el calendario es un producto de la civilización que ha sido desarrollado por un largo período de tiempo.

Pero lo cierto es que hasta el calendario se ha confeccionado dentro de la providencia de Dios.

Dios es el principio y el fin de la civilización humana, y Él ejerce el control sobre la historia de la humanidad.

Asimismo, el calendario contiene evidencia en sí mismo\; Ya que la semana contiene siete días, lo cual está basado en los siete días de la creación de Dios.

Del mismo modo, la historia de la humanidad está dividida en dos grandes partes, antes de Cristo y después de Cristo\; siendo el nacimiento de Cristo el punto de referencia.

Pues bien, vayamos a la base bíblica de por qué guardamos el domingo como Día de Reposo tras la resurrección del Señor. .

Hermanos y hermanas, ¿qué fue lo primero que Dios creó?

Fue la luz.

Génesis 1:3 dice, “Y dijo Dios: Sea la luz\; y fue la luz.”

Como ya les he explicado en los sermones sobre Génesis, la luz era luz espiritual.

Eso simboliza el poder y la autoridad de Dios Padre.

La palabra de Dios diciendo, “hágase la luz” era la proclamación de la soberanía de Dios, quien es la luz misma en espíritu, sobre todas las cosas del universo. A la vez, es la proclamación de la soberanía de Jesucristo nuestro Señor también.

Juan 1:9 dice, “Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo”.

Esta luz verdadera es Jesucristo, Dios mismo, el Verbo que descendió en a la tierra hecho carne.

Y Mateo 12:8 dice, “porque el Hijo del Hombre es Señor del día de reposo”. Nuestro Señor, la luz verdadera, es el señor del Día de Reposo.

Así como hubo luz en el primer día de la creación, el domingo, que por otra parte es llamado Día del Señor y primer día de la semana\; también es el día en el que el Señor, la luz verdadera, mostró Su luz al mundo entero.

Fue el día en que Jesús le arrebató al enemigo el imperio sobre la muerte y resucitó para abrir el camino de la salvación a toda la humanidad.

Él se convirtió en la luz verdadera de vida para aquellas almas que estaban en oscuridad, muerte y dolor. Desde ese día, hemos ganado la esperanza de resurrección y hemos llegado a disfrutar del gozo verdadero.

Desde ese tiempo, guardamos el domingo como Día de Reposo\; en otras palabras, como el Día del Señor. Sólo tras la resurrección de Cristo es que hemos llegado a guardar el verdadero Día de Reposo.

Por lo tanto, Génesis 1:3 que dice, “Y dijo Dios: Sea la luz\; y fue la luz”, y Mateo 12:8 que dice, “porque el Hijo del Hombre es Señor del día de reposo” son equivalentes. Ambos explican espiritualmente la razón por la cual guardamos el Día del Señor como Día de Reposo.

Hermanos y hermanas, ciertamente la providencia de Dios se cumple.

Dios ya había mencionado en el Antiguo Testamento que el domingo seria el Día de Reposo.

Levítico 23:10-12 dice, “Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis entrado en la tierra que yo os doy, y seguéis su mies, traeréis al sacerdote una gavilla por primicia de los primeros frutos de vuestra siega. Y el sacerdote mecerá la gavilla delante de Jehová, para que seáis aceptos\; el día siguiente del día de reposo la mecerá. Y el día que ofrezcáis la gavilla, ofreceréis un cordero de un año, sin defecto, en holocausto a Jehová”.
Ese cordero de un año, sin defecto que se ofrecía el día después del Día de Reposo hace regencia el Cordero de Dios, a Nuestro Señor Jesucristo.

De la misma manera, la primera gavilla hace referencia al primer fruto de resurrección, Jesucristo.

1 Corintios 15:20 dice, “Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos\; primicias de los que durmieron es hecho”.

Hermanos y hermanas, hemos llegado a disfrutar del verdadero descanso desde la resurrección de Jesús. Desde que el primer humano Adán y Eva cometieron pecado, la humanidad perdió ese descanso verdadero.

Tal como Dios lo había dicho, ""el día que comieres de este fruto, ciertamente morirás”\; y el espíritu de Adán murió.

Y todos sus descendientes tuvieron que padecer desde enfermedades, pobreza, odio y peleas durante todas sus vidas, y cayeron en la muerte eterna, el cual es el infierno.

El Señor nos otorgó esperanza de resurrección y vida eterna al recuperar la autoridad sobre la muerte, y resucitar.

Es decir, cuando aceptamos al Señor Jesús como nuestro Salvador y el Espíritu Santo viene a morar en nosotros, nuestro espíritu muerto revive. Esa es la resurrección espiritual.

Ahora, hemos sido apartados como hijos de Dios y hemos llegado al verdadero descanso.

Sin embargo, el resto en la tierra no es perfecto. Es por eso, que Dios nos ha preparado el verdadero y eterno lugar de descanso, el reino de los cielos.

Vamos a disfrutar del descanso perfecto y eterno mediante otra resurrección a parte de la espiritual\; es la resurrección física.

Cuando regrese el Señor por los aires, nosotros tendremos nuestros cuerpos eternos e incorruptibles y nos encontraremos con Él. Esa es la resurrección física.

Tras haber pasado por ambas resurrecciones, entonces gozaremos del eterno descanso.

Debido a esa esperanza de resurrección es que podemos, como creyentes, disfrutar del verdadero descanso de espíritu.

De igual modo, el domingo es el día en el cual el Señor del Día de Reposo nos ha dado verdadero descanso a través de Su resurrección.

Es por esa razón que le llamamos el Día del Señor.

Los discípulos del Señor entendían muy claramente esto.

Es por ello que guardamos el domingo, día del Señor como Día de Reposo. La primera parte de Hechos 20:7 dice, “El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan”.

Aquí, el partir el pan significa en sentido espiritual compartir la carne del Señor.

En otras palabras, hace referencia a tomar la Palabra de Dios mediante el servicio de adoración del domingo.

1 Corintios 16:2 dice, “Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas.”

También podemos observar que ellos daban ofrendas el primer día de la semana, o sea, en el Día del Señor.

A partir de la próxima sesión, entraré más en los detalles de cómo guardar el Día de Reposo.


Amados hermanos y hermanas en Cristo, muchas personas en el mundo se afanan en gran manera por tener una vida cómoda y feliz.

Trabajan cada vez más duro para ganar más dinero y obtener mayor reconocimiento. Del mismo modo, recurren a entretenimientos mundanos para alcanzar la satisfacción.

Sin embargo, resulta imposible gozar del verdadero descanso en este mundo, el cual le pertenece a nuestro enemigo, el diablo.

El verdadero descanso y paz sólo pueden hallarse en el Señor.

Dios nos mandó que guardáramos el Día de Reposo para protegernos en Sus brazos y darnos descanso.

Espero se den cuenta del verdadero significado de esto, y que santifiquen el Día del Señor.

Asimismo, anhelo que sean protegidos de todo accidente y enfermedad en este mundo al reconocer la soberanía de Dios, el Señor de Señores.

Oro en el nombre del Señor para que ustedes coman del pan espiritual cada Día de Reposo y así tengan vida eterna. Y finalmente, disfruten del verdadero descanso en la morada eterna en el reino de los cielos.


Hermanos y hermanas, permítanme brindarles un par de cosas que les ayudarán a dar el diezmo de manera correcta.

Primero, nos encontramos con los casos especiales, tales como bodas o funerales, donde los miembros de las iglesias o grupos misioneros deben recolectar algo de dinero. A esos grupos les resulta difícil gastar sólo de las cuotas de membresía\; y es por eso, que recaudan algo más de dinero con esos fines específicos.

Ese dinero le significa un ingreso a la iglesia o grupo misionero, pero como no puede gastarse a voluntad de ellos, sino que tiene un fin determinado, no es necesario separar el diezmo de allí.

Además, es Dios quien le provee a los miembros de la iglesia para esas ocasiones especiales.

Segundo, cuando se les invita a comer a los grupos de interpretación con alguna comida, no es necesario que separen diezmo de allí\; salvo que se les entregue el efectivo para que ellos vayan a comer. Entonces sí se constituye en su ingreso y deben diezmar.

Alguien me preguntó si cada miembro del grupo podía dar el diezmo de acuerdo con lo que hayan comido cada uno.

Pero ya que el grupo ha recibido dinero en efectivo, deben diezmar de allí por ser su ingreso.

Tercero, es el caso en el cual diferentes grupos han recibido donación de dinero para comprar instrumentos musicales o artículos de librería. En este caso, a pesar de haber recibido efectivo, no les es necesario diezmar.

Ese es dinero para comprar cosas que se utilizarán en la obra de Dios. No es algo que los miembros del grupo puedan gastar para ellos mismos.

Pero sí debemos tener algo presente. Si bien es el grupo el que recibe las cosas, eso le pertenece a Dios\; y por lo tanto, es santo.

Ningún miembro del grupo debería hacer uso de eso de acuerdo a su voluntad o para su uso personal. Es mi anhelo que consideren todos los casos anteriores a la hora de diezmar.
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Acuérdate del día de reposo para santificarlo 2  
2009-02-08



Rev. Jaerock Lee

: Acuérdate del día de reposo para santificarlo.
: <Éxodo 20: 8 -10>
“Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. ”
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Queridos hermanos y hermanas en Cristo,

El pueblo de Israel permaneció en Egipto por 400 años; y a finales de ese período, fueron hechos esclavos. Allí fueron sometidos a trabajos duros y peligrosos.

Cuando ellos clamaron a Dios, Él les recordó la promesa que les había hecho a sus antepasados, Abraham, Isaac y Jacob.

Entonces, Dios llama a Moisés para sacar al pueblo de Israel de Egipto.

Sin embargo, el Faraón no quería liberar a los israelitas; y fue así que Dios envío las Diez Plagas sobre la tierra de Egipto.

Mas no hubo plagas en Gosén, lugar donde vivían los israelitas.

Éxodo 8:22 dice, “Y aquel día yo apartaré la tierra de Gosén, en la cual habita mi pueblo, para que ninguna clase de moscas haya en ella, a fin de que sepas que yo soy Jehová en medio de la tierra.”

Dios los apartó y protegió la tierra donde ellos habitaban.

¡Cuán agradecidos deben haberse sentido por haber sido elegidos y apartados como el pueblo de Dios!

Asimismo, ¡cuán conmovidos deben haber estado por el poder sobrenatural de Dios! Aún hoy, Dios aparta y protege a Sus hijos en el Gosén espiritual.

De la misma manera que guardó a Israel de las Diez Plagas en Egipto, así cuida a Sus hijos de toda clase de problemas en este mundo.

No obstante, existe una condición, los hijos de Dios deben permanecer en Gosén.

Permanecer en Gosén, espiritualmente significa permanecer en la Palabra de Dios, la cual nos dice que debemos santificar el Día de Reposo.

A partir de esta sesión, les explicaré de qué manera santificar el Día de Reposo.

Es mi anhelo que ustedes santifiquen el Día de Reposo en obediencia a Su Palabra, para que sean reconocidos como hijos de Dios, que gozan de protección y abundantes bendiciones.

Oro en el nombre del Señor para que sean apartados y guardados de este mundo que pertenece al enemigo, y puedan recibir la protección y bendición de Dios. Y de ese modo, sean llenos de acción de gracias.


Amados hermanos y hermanas en Cristo, ¿cómo hacemos para santificar el Día de Reposo?

En primer lugar, no debemos realizar ningún trabajo mundano ese día.

El Día de Reposo es para venir a la iglesia, asistir al servicio de adoración, tener comunión con los demás creyentes, y disfrutar del descanso espiritual.

En el pasaje de hoy, Éxodo 20:8-10, encontramos: “Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. ”
Aquí, el trabajo hace referencia al trabajo que tenemos en este mundo que no se relaciona con Dios. Se refiere a todas aquellas cosas personales que hacemos para nuestro propio beneficio, como por ejemplo, tener un empleo para obtener dinero.
Por supuesto, tenemos que cumplir con nuestro trabajo fielmente por seis días, y Dios dice, “Seis días trabajarás, y harás toda tu obra…”

El hombre cabeza de hogar debe cuidar de su familia, y el ama de casa debe ocuparse del trabajo de la casa. Los que estudian deben cumplir con sus estudios.

Sin embargo, en el Día del Señor, debemos descansar como ciudadanos del Reino de los cielos y como hijos de Dios, en vez de enredarnos en actividades mundanas.

Aunque en el pasaje de hoy, no sólo se menciona que “usted” no debe trabajar, sino también hace mención de su hijo, su hija, su siervo, su criada, su bestia o su extranjero que está dentro de sus puertas. ”
El significado espiritual de esto es que usted debe descansar, y que también debe hacerlo todo lo que esté bajo su control.

Es decir, en el Día de Reposo, deberíamos descansar de toda obra que puede ocupar nuestra mente, que puede ocuparla con pensamientos mundanos, y dedicar el día a habitar en la presencia de Dios solamente.

Pero quizás hay alguien entre ustedes que pueda pensar, “Yo necesito el dinero, ¿cómo voy a tomarme todo un día sin trabajar? ¿Eso no me va a ocasionar perdida?

Pero por el contrario, no será así.

Dios protege nuestros negocios y puestos de trabajo cuando santificamos el Día de Reposo en obediencia a Su Palabra.

A pesar de que trabajamos 6 días a la semana, Él nos provee como si lo hiciéramos los siete días y aún más que eso. Vemos claramente cómo Dios le permitió experimentar eso al pueblo de Israel.

Durante el Éxodo, el pueblo permanecía en el desierto, y no les resultaba nada fácil conseguir comida.

Cuando el pueblo se quejaba, Dios les mandaba maná por seis días, excepto el Día de Reposo.

Dios no les enviaba el maná el Día de Reposo para que ellos santificasen ese día. En cambio, les permitía juntar el día anterior suficiente maná para dos días.

Normalmente, si ellos dejaban el maná para el día siguiente, se echaría a perder y no serviría. Pero sorprendentemente, cuando ellos guardaban maná el día anterior al Día de Reposo, no se echaba a perder y servia hasta el día siguiente, o sea, hasta el Día de Reposo.

No obstante, algunas personas no obedecieron y salieron a buscar maná en el Día de Reposo también. Claro está, no consiguieron absolutamente nada.

Dios les permitió entender que era Él quien les daría el pan de cada día.

Mas aún, Él les permitió entender que Él les proveía para los siete días aunque sólo juntaran para seis, descansado, claro, el Día de Reposo.

Ese mismo principio se aplica hoy en día. Dios nos provee abundantemente lo que necesitamos si santificamos el Día de Reposo, como Su Palabra lo dice.

Mas si violamos el Día de Reposo trabajando, no confiando en Dios, entonces no disfrutaremos de Su protección y bendición.

Por lo tanto, nuestro ingreso disminuirá y sufriremos perdidas a causa de inesperadas enfermedades, accidentes y catástrofes.

A pesar de que trabajemos en el Día de Reposo, no veremos ningún resultado ni aumento en nuestros ingresos; al igual que los israelitas que salieron a buscar maná el Día de Reposo y no obtuvieron nada.

Muchos miembros de la iglesia dan testimonio de haber sido protegidos y bendecidos por guardar el Día de Reposo. Por ejemplo, ha habido testimonios como los que a continuación siguen de aquellos que atienden negocios.


Cuando comenzaron a cerrar sus negocios los días domingos en fe, y asistir igualmente a la iglesia, pudieron ver como ganaban en seis días el mismo dinero que antes trabajando los siete días.

Estas personas daban estos testimonios llenos de felicidad al ver que sus ingresos aumentaron desde que santifican el Día del Señor.

Del mismo modo, algunas personas sostienen que trabajaron el Día de Reposo e hicieron algo de dinero, pero debido a que de repente algo inesperado surgió, tuvieron que gastar el dinero que habían ganado.
Si no están bajo la protección de Dios, y pierden lo que han ganado, entonces su trabajo fue en vano.

Por lo tanto, no pueden recibir las bendiciones de Dios; por lo cual, es en verdad una gran pérdida. Es mi verdadero anhelo que santifiquen el Día de Reposo, y no pierdan ninguna de las bendiciones que Dios derrama.

Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy en día, la fe de la mayoría de ustedes ha crecido, y han guardado el Día de Reposo.
Los domingos, ustedes no trabajan en el mundo y viene a la iglesia, asisten a los servicios de adoración y cumplen con las obras que Dios les ha encomendado.

Sólo que en ocasiones, a pesar de que ustedes tienen fe e incluso desean santificar el Día del Señor, deben de trabajar los días domingos por diversas razones.

Permítanme explicarles acerca de esos casos excepcionales. Vivimos en un mundo muy diferente del mundo en los tiempos del Antiguo Testamento, en los cuales todo el pueblo de Israel santificaba el Día de Reposo.

Debido a que todos guardaban el Día de Reposo, no resultaba difícil hacerlo.

Sin embargo, la situación hoy en día es muy diferente. Vivimos con personas que no creen en Dios.

Ni tampoco vivimos en un país cristiano donde, por ley, debemos santificar el Día de Reposo.

Del mismo modo, en los tiempos antiguos, la mayoría de la gente eran labradores, pescadores, o criaban ganado. Pero en la actualidad, existen tantos empleos y oficios diferentes.

Y como consecuencia, la manera de santificar el Día de Reposo sea distinta a la de antes.

Por supuesto, la Palabra misma de dios, que nos manda que santifiquemos el Día del Señor, no ha cambiado para nada.

Claro está, aún en nuestros días, el Día de Reposo ha de ser guardado conforme a la Palabra de Dios.

Pero lo que Dios considera más importante es lo que hay en lo profundo del corazón de las personas.

Las formalidades de mantener el Día de Reposo son importantes, pero mucho más importante es el corazón con que se santifica ese día.

Si nosotros entendemos la razón que Dios nos manda santificar el día de Reposo, y obedecemos Su voluntad, Dios aceptará con agrado nuestro corazón.

Aún si debemos trabajar por diversas circunstancias, Dios no dirá que hemos violado el Día de Reposo si en nuestro corazón está el deseo de santificarlo.

Asimismo, Dios aplica diferentes estándares para medir la fe de las personas.
Por ejemplo, los creyentes nuevos de fe débil, no pueden todavía controlar las circunstancias.

Por lo tanto, no pueden santificar el Día de Reposo completa y correctamente. Si los obligamos a guardar el Día del Señor en esta etapa, quizás puedan perder su fortaleza y hasta dejar de venir a la iglesia.

Y esa no es la voluntad de Dios, quien estima un alma como algo más valioso que el mundo mismo.

Nuestro deber es guiarlos para que hagan lo mejor posible de acuerdo con el nivel de su fe hasta que su fe crezca lo suficiente. Asimismo, inclusive para aquellos que tiene una buena fe, existen situaciones en las que no pueden evitar tener que trabajar.

Permítanme explicarles cómo pueden hacer ellos para santificar el Día de Reposo en esos casos.

En primer lugar, están aquellos que trabajan por la vida y la seguridad de las personas. Ellos son los soldados, los policías o los médicos.

Supongamos que tanto los soldados como los policías no trabajaran y pasaran todo el domingo en la iglesia porque deben santificar el Día de Reposo, entonces, ¿qué pasaría?

La seguridad nacional estaría en peligro y el orden social se destruiría. Además, ellos están comprometidos por el país, y existen muchas restricciones para que ellos guarden completamente el Día del Señor.

Lo mismo sucede con los médicos, enfermeras y demás personal de la salud.

Si ellos cerraran los hospitales los domingos, ¿cómo van a tratarse los pacientes en los hospitales?

Sería un gran problema en caso de haber algún paciente de emergencia. Así es que aún si ellos trabajan los días domingos, Dios no dice que ellos están pecando.

Sin embargo, estas personas deben asistir al servicio del domingo. Ya sea antes del trabajo o después, pero deben asistir al servicio de adoración, y si es posible, guardar el Día del Señor completo.

Por ejemplo, algunos miembros de la iglesia que trabajan en lo que mencionamos anteriormente, cambian sus turnos con otros empleados para poder santificar el Día de Reposo.

En segundo lugar, también están aquellos que trabajan en la distribución y en la industria de los restaurantes que también deben trabajar los domingos. En nuestra iglesia, contamos con la Misión Sal y Luz para ese tipo de negocios.


A medida de que el mundo cambia, cada vez más negocios abren los domingos.

De esa manera, cada vez más y más personas deben trabajar los días domingos. Los miembros de la Misión Sal y luz y de la Misión Restaurante trabajan en negocios o en restaurantes los domingos. Así que, luego del trabajo, se reúnen y asisten al servicio de adoración.

Si les pedimos a esas personas que guarden el Día de Reposo completamente desde el comienzo, no les podríamos evangelizar.

Seria lo mismo que decirles que dejen de ganarse el sostén para vivir. Así que, en un comienzo, se les permite asistir al servicio del domingo por la noche cuando ya han finalizado con sus trabajos.

Primero, los guiamos para que su fe crezca a través de la Palabra predicada.

Luego, cuando la fe de ellos crece, algunos, de manera voluntaria, se cambian a un tipo de trabajo que les permita guardar completamente el Día del Señor.

Aún así, los miembros de la Misión Sal y Luz tiene la fe suficiente para santificar el Día de Reposo completamente. Sólo que algunos de ellos sostienen que estando en la Misión Sal y Luz pueden salvar más almas de esas industrias.
Tal como su nombre lo sugiere, ellos prefieren permanecer en esas industrias para ser la sal y la luz del mundo y llevar salvación a las personas que trabajan en esas industrias.

Dios no dice que ellos estén faltando a la verdad de ese modo.

Aquí hay algunos otros casos. En ocasiones, hasta los que son dueños, no sólo los empleados, de negocios tienen que abrir los días domingos.

Eso se debe a que ellos tienen que seguir las reglas de los centros comerciales donde están ubicados sus negocios o la empresa a la que pertenecen.

Entonces, ¿qué pueden hacer ellos en esos casos? Ellos pueden contratar a personas que no son cristianas para que atiendan los negocios los días domingos.

Los no creyentes, aunque no trabajen los domingos, de todos modos van a invertir su tiempo libre en el mundo, y no van a ir a la iglesia.

No es en realidad una infracción a la voluntad de Dios contratar personas no cristianas para que trabajen.

Algunos de estos dueños de negocios inclusive le dan a Dios todo el ingreso de los domingos. Y eso se debe a que en realidad no abren sus negocios por el interés del dinero.

Pero si ustedes no pueden adorar en espíritu en el servicio de Domingo por causa de preocupación de su negocio, en verdad, deben orar por eso, para que Dios les dé de su trabajo a ustedes.

Si ustedes oran con fe sincera, el Dios Todopoderoso puede cambiar sus circunstancias.

Tercero, no sólo los dueños de los negocios, pero también a veces los empleados de diferentes empresas deben trabajar los domingos.

Estos empleados deben hacer viajes de negocios, que también incluye un domingo, o deben viajar por curso de capacitación. Y si no siguen la política de la empresa, no es en realidad edificante.

Entonces, ellos al regresar de sus viajes de negocio pueden asistir al servicio en un horario mas tarde, o pueden compartir el servicio vía Internet o a través de la TV satelital.

Cuarto, también hay algunos exámenes nacionales importantes que se llevan a cabo los domingos. No se puede alcanzar cierta calificación si no se aprueba el examen, y tampoco se puede así, cumplir con los objetivos.

Esto sucede porque este país no es cristiano.

En dichos casos, está bien que tomen el examen y asistan al servicio cuando puedan, porque exista en sus corazones el deseo de guardar el Día de Reposo.

A parte de estas, existen tantas otras situaciones y circunstancias. Dios considera todas las diferentes situaciones porque Él quiere que todos alcancen salvación.

Él está ensanchando el límite tanto como es posible dentro de Su justicia, para que de ese modo, un mayor número de personas alcancen la salvación.

Por lo tanto, lo más importante en cada una de las situaciones es el corazón de cada persona.

Quizás a ustedes les toque trabajar un domingo debido a una variedad de razones, pero aún así, ustedes deben tener el corazón para santificar ese día, teniendo cuidado de sus palabras y de sus acciones.

Asimismo, debe haber en ustedes el deseo profundo de guardar completamente el Día de Reposo. Si de verdad, hay un profundo anhelo en ustedes, su corazón es como si estuviera en el santuario, aunque su cuerpo pueda estar lejos en otra parte.

En el caso de no poder asistir al servicio de adoración por alguna razón, han de lamentarlo sinceramente.

Y de ese modo, van a esperar la casete del sermón con ansia, para no perderse ninguno de los sermones.

Creo que ninguno de ustedes han malinterpretado el mandamiento de santificar el Día de Reposo, siguiendo sus propios deseos y pensando que pueden hacerlo de la manera que mejor les parece.

A lo mejor, puedan poner algunas excusas diciendo que en el fondo, querían guardar el Día del Señor, pero si Dios no lo ve con agrado, eso significa que no han santificado el Día de Reposo.

Es mi anhelo que tengan presente que no guardar el Día del Señor puede poner en riesgo su salvación; no permitan que eso les suceda.

Entonces, ¿por qué será que Dios nos da mayores posibilidades de santificar el Día de Reposo? Eso no significa que podemos adaptar las situaciones a nuestro deseo de no guardar el Día del Señor; sino más bien, significa que Dios en Su amor nos espera hasta que nuestra fe madure y sea perfecta.

Espero que puedan comprender la voluntad de Dios y santificar el Día de Reposo.

Continuaré explicándoles las maneras de guardar el Día de Reposo en la próxima sesión.


Amados hermanos y hermanas en Cristo, descansar significa relajarse y estar cómodo.

Dios nos mandó que santificáramos el Día de Reposo, permaneciendo en el santuario, y no realizando ningún trabajo mundano. Eso significa darnos descanso.

¿Cuántas cargas llevan las personas de este mundo en tan sólo una semana? Tiene tantas preocupaciones y cargas por hacer más dinero, por sus familias, salud, etc.

Jesús dijo, “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”.

Si permitimos que lo que nos colme sea la Palabra de Dios- el alimento espiritual-, las alabanzas y las oraciones, la comunión con otros creyentes y el servicio voluntario, entonces nuestras fuerzas se renovarán y seremos llenos del Espíritu Santo.

Asimismo, seremos llenos de esperanza del cielo y disfrutaremos de libertad en la verdad, hasta el punto que recobraremos la imagen de Dios en nosotros mediante el Día del Señor.

Santificar el Día de Reposo significa descansar cómodamente en el Señor, entendiendo que en Su gran amor, Él sólo nos da aquello que es bueno para nuestras vidas.

Aquellos que comprendan cuán dulce es ese descanso, esperan con ansia durante esos seis días hasta que llegue el Día del Señor.

Oro en el nombre del Señor para que ustedes recuerden santificar el Día del Señor con un corazón sincero, y así disfruten del verdadero descanso.
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Acuérdate del día de reposo para santificarlo 3  
2009-02-22


Rev. Jaerock Lee

Pasaje

Éxodo 20: 8 -11
"Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó."

Éste es el tercer sermón de la serie sobre "Santificar el Día del Señor". Retomando el sermón anterior, les explicaré de qué manera santificar el Día de Reposo.

Les dije que para santificar el Día del Señor, en ese día no debíamos trabajar en puestos mundanos; sino más bien, asistir a los servicios de la iglesia y adorar a Dios. La razón es que el Día de Reposo es para glorificar a Dios, y disfrutar del descanso espiritual.
Pero debido a que el mundo está cambiando, algunas personas deben trabajar los domingos también, y eso les preocupa. Pero si verdaderamente hay en nuestro corazón el profundo deseo de santificar el Día de Reposo, el Dios de amor lo considera; y de alguna manera, nos allana el camino para que podamos guardar el Día del Señor. Tambien si nos esforzamos lo mejor posible para adorar a Dios en cualquier circunstancia y de acuerdo a nuestra medida de fe, Entonces Dios no dirá que estamos faltando al Día de Reposo.
Sin embargo, lo que Dios realmente desea de nosotros es que nos volvamos maduros en la fe, y poder así, tener control sobre las circunstancias que nos gobiernan.

Por ejemplo:

- En el caso de Daniel y sus tres amigos, ellos estaban desterrados en otro país pero aún así, guardaban las leyes de Dios. Guardaban los preceptos y mandamientos de Dios, inclusive en lo que a los alimentos se refería. Debido a que ciertamente confiaban y amaban en gran manera a Dios, no les preocupaban las circunstancias que les rodeaban.
Mas el mundo en el que vivimos ha cambiado tanto, y las personas viven diferentes situaciones y tiene diferentes medidas de fe.
Por eso, el Dios de amor acepta algunos casos excepcionales.
En este punto, debemos recordar algo. Este tipo de justicia sólo puede aplicarse cuando existe en el corazón el profundo deseo de santificar el Día de Reposo.
Si malinterpretamos este mensaje y llegamos a infringir el Día de Reposo, será más bien una maldición.
-Vemos el caso del general Naamán, un sirio, un gentil, pero debido a la actitud de su corazón de reconocer a Dios, fue sanado de lepra. Luego de haber sido sanado por el poder de dios, y antes de regresar a su país, Naamán le pidió a Elías lo siguiente:

2 Reyes 5:17-18 dice, "En ese caso persistió Naamán, permítame usted llevarme dos cargas de esta tierra, ya que de aquí en adelante su servidor no va a ofrecerle holocaustos ni sacrificios a ningún otro dios, sino sólo al Señor. Y cuando mi señor el rey vaya a adorar en el templo de Rimón y se apoye de mi brazo, y yo me vea obligado a inclinarme allí, desde ahora ruego al Señor que me perdone por inclinarme en ese templo. "
Naamán, tras haber sido sanado de la lepra, se propuso servir sólo a Dios. Su corazón estaba tan lleno de anhelo por Dios, que hasta se llevó un poco de tierra de Israel para emplearla en su culto de adoración a Dios. Pero debido a que era un hombre de confianza del Rey de Siria, él iba a tener que entrar al templo de Rimón, es decir a un templo de un dios pagano; en ese tiempo, el rey se apoyaba en Naamán para poder inclinarse ante ese dios; por lo tanto, Naamán también tendría que hacerlo. Eso era algo que lo preocupaba. Naamán deseaba no tener mancha delante de dios, y clamó por la misericordia de Dios, ya que en esa situación no le resultaría fácil guardar los mandamientos de Dios. Dios sanó a Naamán porque sabia que éste le serviría con corazón integro.
Es mi anhelo que ustedes puedan ofrecer ese tipo de perfume a Dios; un corazón que lo adora sin importar la situación en la que se encuentre. Si es de esa manera, Dios allanará el camino para que ustedes puedan santificar el Día de Reposo de acuerdo a las circunstancias y a su fe. Dios los guiará para que puedan guardarlo completamente. Por ultimo, Dios les permitirá alcanzar la madurez espiritual.
Oro en el nombre del Señor para que, a través de la guía del Señor, alcancen la completa bendición.

Principal

Queridos hermanos y hermanas en Cristo. En segundo lugar, para poder santificar el Día de Reposo, debemos santificar nuestro cuerpo y corazón. El Día del Señor es el día en el que venimos ante Dios y ante el Señor, el novio. Dios es santo; y por lo tanto, debemos apartar y santificar el Día de Reposo.
Por consiguiente, podremos disfrutar de las bendiciones del Día de Reposo cuando guardemos ese día con corazón y cuerpo santificados.
La mayoría de los miembros de la iglesia ya han aprendido esto, y vienen a la iglesia con sus corazones y cuerpos santificados.
El día anterior al Día del Señor, el sábado, ustedes limpian la casa, lavan la ropa, se bañan o se cortan el cabello preparándose para el Día de Reposo, también han de preparar la ropa limpia que van a ponerse el Día del Señor. Si su entorno y su aspecto se ven limpios, también su mente se refrescará.
Los judíos llaman al día anterior al Día de Reposo como el "Día de Preparación". Aún cuando tengan que hacer largos viajes, ellos regresan a sus hogares en el día de preparación y santifican el Día de Reposo.
Debemos adoptar una actitud de corazón como la de ellos que ponen en primer lugar el Día de Reposo. Si esperamos con ansia el Día de Reposo, haremos todos los preparativos para ese día. Asimismo, debemos también preparar de antemano nuestras ofrendas.
Hermanos y hermanas.
Es importante santificar nuestro entorno y nuestro cuerpo, pero es mucho más importante santificar nuestro corazón para poder llevar a cabo eso, en el Día de Reposo, no debemos participar de un ambiente mundano. Considero que aquellos que santifican el Día del Señor con fe, no miran TV en ese día. Ni tampoco, organizan salidas de entretenimiento mundano, tales como, ir a ver algún deporte, o al cine o de picnic.
El Día del Señor es para partir el pan de vida, alabar y clamar a Dios, compartir charlas con otros creyentes y disfrutar del descanso espiritual.
Para poder santificar nuestro corazón, es muy importante ejercer dominio sobre lo que vemos y oímos. Por lo tanto, lo más conveniente es pasar el Día del Señor en el Santuario de Dios.
Del mismo modo, lo mejor es hacer de los demás entornos lo mas espirituales posible.
Asimismo, tampoco deberíamos ir a lugares donde podamos estar con contacto mundano, inclusive si no disfrutamos de él. Algunos creyentes nuevos de fe débil todavía pueden pensar, "¿qué hay de divertido en pasar todo el día libre en la iglesia sin ninguna clase de entretenimiento?"
Muy bien, supongamos que participamos de los placeres mundanos, entonces, ¿podremos realmente regocijarnos y descansar?
Quizás la pasemos bien por un momento, y creamos así que estamos descansando.
Pero ese es un placer sólo momentáneo y desaparece rápido. No nos puede resolver ni aliviar ninguna preocupación o problema de la vida.
Inclusive, las personas pueden involucrarse en los placeres mundanos hasta el punto tal que estos destruyen sus vidas.
Mas el verdadero descanso lo hallamos en el gozo que Dios nos da.
Isaías 58:13 dice, "Si retrajeres del día de reposo tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y lo llamares delicia, santo, glorioso de Jehová; y lo venerares, no andando en tus propios caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus propias palabras."
Si guardamos el Día del Señor y lo santificamos, entonces Dios nos llena del gozo que nada en este mundo puede jamás darnos.
Al escuchar la Palabra de Dios en el Día de Reposo, y al alabarle y orar con Dios, Él trabaja en lo que aflige nuestro espíritu.
Él bendice nuestras vidas.
Nuestro cuerpo y nuestra mente sólo pueden disfrutar del gozo y descanso cuando Dios se hace cargo de nuestras vidas, salud, familia y trabajo.
Al santificar el Día de Reposo, tendremos mayor esperanza de resurrección y anhelo por el reino de los cielos.
Es mi anhelo que los recién convertidos o nuevos creyentes también puedan disfrutar de este gozo.
Por otro lado, para poder guardar nuestro corazón en santidad en el Día de Reposo, debemos cuidarnos de toda forma de maldad.
Isaías 1:13 dice, "No me traigáis más vana ofrenda; el incienso me es abominación; luna nueva y día de reposo, el convocar asambleas, no lo puedo sufrir; son iniquidad vuestras fiestas solemnes".
A pesar de que podamos asistir a los servicios de adoración y a algunas otras reuniones, si mantenemos contiendas o guardamos enojo, eso le produce tristeza a Dios.
Del mismo modo, si pasamos el Día de Reposo con corazones quebrantados a causa de las preocupaciones por las cosas de este mundo, entonces Dios no puede aceptar con agrado nuestra adoración.
Por consiguiente, mientras hacemos lo que debamos hacer el Día del Señor, siempre tenemos que tener un corazón lleno de gozo y de gratitud.
Aunque nos hallemos en medio de situaciones difíciles, debemos mantener el gozo y la gratitud con fe. ¡Cuán agradecidos y gozosos debemos estar por el sólo hecho de ser salvos!
Entonces, Dios puede hacer que lo imposible del hombre sea posible, y también puede cambiar las situaciones. Por supuesto, un verdadero cristiano, lleno del Espíritu, siempre ha de estar gozoso y agradecido cada día.
Es mi deseo pudiendo guardar sus cuerpos y mentes en santidad, santifiquen el Día de Reposo; y así, disfruten de la alegría y gozo del reino de los cielos.

Amados hermanos y hermanas en Cristo.
El tercer punto para santificar el Día de Reposo es ofrecer el día entero.
Es decir, debemos asistir a ambos servicios del día domingo, mañana y noche. Algunas personas sólo asisten al servicio por la mañana, y luego trabajan o salen a comer.
Pero no tiene el deber de abrir sus negocios; aún así, lo hacen para ganar dinero o para disfrute propio.
Eso es santificar el día de Reposo a medias. No puede decirse que se lo hace de manera completa.
Inclusive hoy en día, los judíos guardan el Día de Reposo estrictamente. Por lo general, permanecen en sus hogares.
A pesar de que quizás estén lejos de sus casas durante la semana, ellos regresan los viernes para poder así santificar el Día de Reposo.
Y santifican el Día de Reposo desde la puesta de sol del día viernes hasta la puesta de sol del sábado.
Entonces, ahora que conocemos el verdadero significado del Día del Señor, ¿cómo piensan que deberíamos santificarlo?
Si sólo asistimos a uno de los servicios del domingo, no estamos santificando completamente el Día de Reposo.
Quizás haya ente ustedes personas que se pregunten si pueden trabajar luego que el servicio de la noche haya terminado.
Pero aunque ustedes asistan a ambos servicios, no podemos decir que hemos ofrecido el día entero a Dios si no lo vivimos lo que queda del día con corazones santos.
Si ustedes están pensando en el trabajo que tiene que hacer o los planes que tiene para después del servicio, entonces quizás no estén concentrados en el servicio, o pueden quedarse dormidos.
Por lo tanto, para santificar el Día del Señor completamente, deben asistir a ambos servicios, mañana y noche, y adorar a Dios en espíritu y en verdad.
Si están durmiéndose durante el servicio de adoración, entonces eso significa que no están adorando a Dios. No puede decirse que estén santificando el Día de Reposo. .
Supongamos que ustedes se quedan dormidos mientras alguien les está hablando. ¿No sería eso considerado tremendamente descortés? Y si lo hacemos delante de Dios, eso sería mucho peor.
Es tan triste si no adoran a Dios en espíritu y en verdad, porque para eso, les convendría quedarse en sus casas.
Una vez que estamos en la iglesia obedeciendo la Palabra de Dios, deberíamos recibir todas las bendiciones preparadas para aquellos que adoran a Dios con todo el corazón en el Día del Señor.
Entonces, pensemos ahora en las actitudes correctas al adorar a Dios.
Primero, para adorar a Dios en espíritu y en verdad, no debemos llegar tarde. Debemos venir al menos 10 ó 20 minutos antes para poder prepararnos en oración para el servicio.
Una vez que el servicio comenzó, ustedes deben estar atentos a cada parte del culto hasta que este termine, ya sea con la bendición o con el Padrenuestro. No pueden marcharse en medio del sermón.
Cabe aclarar, con la excepción de aquellos que tengan que hacer trabajo voluntario para el servicio de adoración.
Del mismo modo, deben concentrarse en el mensaje sin dormitarse o desconcentrarse.
Deben orar en el tiempo de oración, y cuando alaban a Dios, deben entregarle el corazón en cada canto.

No deben presentarse ante Dios con las manos vacías. Deben preparar de antemano sus ofrendas y presentarlas con alegría ante Dios.
Si su aspecto es limpio, pueden ofrecerle un perfume de adoración más exquisito a Dios.
Por ejemplo, para presentarse ante Dios, deben quitarse el sombrero, salvo aquellas personas que por razones medicas deben llevar algo en sus cabezas.
Del mismo modo, Dios hallará mayor complacencia si ustedes llevan puesto ropas más como las del reino de los cielos.
Una de las cosas que debemos siempre recordar es que el santuario de Dios es muy valioso.
Levítico 26:2 dice, "Guardad mis días de reposo, y tened en reverencia mi santuario. Yo Jehová."
El santuario es un lugar santo. En la Biblia, podemos ver que el pueblo de Israel llamaba "tabernáculo" a lo que hoy vendría a ser el santuario, la casa del Señor.
El santuario es la casa santa de Dios; es donde Él habita.
Por lo tanto, mientras estemos en el santuario, debemos tener cuidado de lo que hacemos y de lo que decimos. No debemos actuar como los impíos, ni siquiera hablar sobre cosas mundanas.
Los padres también deben enseñar a sus hijos a comportarse y no andar jugando o corriendo alrededor de la iglesia.
Asimismo, debemos mantener la limpieza del santuario. Aquí, ustedes los miembros de la iglesia se preocupan y cuidan el santuario. Muchos de ustedes realmente velan para que nada ensucie el santuario del Señor.
También creo que ustedes ya no comen nada dentro del santuario. Claro está, quizás traten de clamar a sus bebés dándoles algo para que coman.

Pero en otros santuarios, no debería haber nada de comida, en especial durante el servicio de adoración. No está bien tomar o comer mientras estamos adorando a Dios.
Así que, por favor, mantengamos la comida y la bebida dentro del área del comedor para no ensuciar el santuario.
Del mismo modo, debemos cuidar las cosas y el equipamiento que hay en el santuario. Todo lo que en él hay es de Dios; y por lo tanto, son santos.
Mi deseo es que cuidemos del santuario más que de nuestras propias casas.
Pronto, entrarán al Santuario de Canaán. Los exhorto a que den el buen ejemplo para que de ese modo, todos los que vean el santuario puedan sentir a Dios y el reino de los cielos en él.
Hermanos y hermanas.
El Señor de nuestras vidas es Jesucristo. Él es quien nos redimió de la muerte y nos dio vida eterna.
Nuestra vida le pertenece al Señor, y obviamente nuestro tiempo, nuestra salud y dinero; todo es de Él. Así como se han propuesto dar el diezmo completo a Dios, ¿por qué no se proponen también entregarle todo su tiempo, salud, dinero y todo lo demás al Señor en el Día de Reposo?
De ese modo, no les será difícil santificar el Día de Reposo.
Oro en el nombre del Señor para que se decidan firmemente a entregarlo todo a Dios; y así, reciban completa bendición.

Conclusión

Amados hermanos y hermanas en Cristo, durante el servicio del domingo por la mañana, tenemos tiempo para mirar hacia atrás, cabía la semana que pasó y arrepentirnos de lo que hicimos mal.

En ocasiones, puede que ustedes no guarden sus corazones y hagan algo que van contra la Verdad durante esos seis días que están en el mundo.
Sin embargo, si ustedes confiesan sus pecados a Dios y se arrepienten, Él es fiel en limpiarlos con la sangre de Cristo.
Él reafirmará que ustedes no tienen nada que ver con el enemigo, el diablo que gobierna este mundo; y los separará como ciudadanos del cielo y como Sus hijos.
Él nos protege en su regazo de las maquinaciones del enemigo en contra nuestra.
Por otro lado, el servicio de domingo por la noche acaba con la bendición. Al santificar el Día de Reposo y luego recibir la bendición, ustedes pueden vivir confiadamente y en bendición el resto de la semana.
De la misma manera, el Día de Reposo es el día en que refrescamos neutros espíritus y nos preparamos para la semana que nos espera. Si la Palabra de Dios, de alguna manera, no se halla fresca en nuestras mentes, de ese modo, podemos refrescarla y refugiarnos nuevamente en ella.
El alabar y orar a Dios nos renueva, y nos llena del poder que necesitamos para vencer a este mundo. Si santificamos el Día de Reposo de esta manera cada semana, poco a poco iremos recuperando la imagen de Dios en nuestras vidas.
Isaías 56:2 dice, "Bienaventurado el hombre que hace esto, y el hijo de hombre que lo abraza; que guarda el día de reposo para no profanarlo, y que guarda su mano de hacer todo mal."
Oro en el nombre del Señor para que ustedes se presenten ante Dios en el Día de Reposo con cuerpos y mentes santificadas por completo; y le ofrezcan a Él el día entero y así se conviertan en verdaderos hijos bendecidos de Dios.
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Acuérdate del día de reposo para santificarlo 4  
2009-03-01


Rev. Jaerock Lee

Pasaje

Éxodo 20: 8 -11
"Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó. "

Este es el cuarto sermón de la sesión "Santificar el Día de Reposo". ¿Han escuchado el término "Síndrome del Lunes"? Hoy en día, se dice que cada vez más gente sufre del Síndrome del Lunes.
Dicho síndrome es un estado mental incómodo que sufren los días lunes los estudiantes o empleados de empresa después de los fines de semana
Se sufre stress y tensión nerviosa, inclusive el mismo domingo por el sólo hecho de pensar que se debe ir al colegio o trabajo al día siguiente.
En los casos más serios, los síntomas son dolor de cabeza, indigestión o letargo, lo cual hace que el lunes sea un día muy difícil.
Ya que tenemos una semana de 5 días laborables, se tiene un fin de semana más largo, y más tiempo que antes para actividades recreacionales; así que a la gente le resulta difícil recobrar su biorritmo.
Pero nosotros, como hijos de Dios, deberíamos tener un lunes muy energético.
Eso se debe a que nos llena una nueva fuerza cuando obtenemos el verdadero descanso en la iglesia los domingos. Si se renueva nuestro espíritu, también nuestra mente y cuerpo lo harán. Si no nos complacemos a nosotros mismos, sino que asistimos a los servicios de cada domingo, y le servimos todo el día, eso nos fortalecerá.
Del mismo modo, si santificamos el Día de Reposo, tendremos la fe necesaria para pedirle a Dios Su protección y prosperidad.
No debemos preocuparnos por nuestra familia, puestos de trabajo, o negocios como lo hacen las personas en el mundo.
Podemos tener una actitud optimista en todo, ya que conocemos el verdadero significado y valor de la vida.
Desde a fuera, puede que se vea que estamos hacienda el mismo trabajo de todos los días al igual que cualquier no creyente. Pero en realidad, estamos haciendo todo para la gloria de Dios, sea que comamos, bebamos, o trabajemos.
Dios nos da la esperanza del Cielo y el poder del Espíritu Santo, y nosotros, de ese modo, podemos hacer incluso el trabajo más difícil con gozo. El secreto de una semana victoriosa es santificar el Día de Reposo.
Si ustedes han sentido que los lunes son una carga, es que mi anhelo que sus lunes sean refrescados por medio de la santificación del Día de Reposo.
Oro en el nombre del Señor para que ustedes disfruten la verdadera paz y felicidad en esta tierra hasta que llegue el verdadero descanso en la Nueva Jerusalén.

Principal

Amados hermanos y hermanas en Cristo, el cuarto aspecto importante al guardar el Día de Reposo es que ustedes no deben vender ni comprar nada.
El Día de Reposo es el día santo. No debemos manejar ningún negocio , vendiendo o comparando con ambición por el dinero, ni tampoco debemos compara comida o bebidas para nuestro deleite.
Cuando el pueblo de Israel estaba en el desierto después del Éxodo, Dios le dijo que no trabajaran porque, de todos modos, no había ningún negocio para hacer allí. Pero "trabajar" también incluye compara o vender algo. ¿Cuántas transacciones se desprenden de esto?
Pero después del desarrollo de la sociedad y el comercio en Israel, hubo un accidente por el cual el comercio se prohibió en el Día de Reposo.
En el capítulo 13 de Nehemías, podemos ver a Nehemías, gobernador de Judá, quien prohibió las transacciones comerciales en el Día de Reposo.
En ese tiempo, el reino de Judá se hallaba bajo el dominio de Persia. Jerusalén estaba desolada tras las guerras.
Muchos habían sido llevados en cautiverio, y aquellos que aun permanecían allí, estaban desorientados y confundidos.
Nehemías era un ministro para el rey Persa de ese momento. Nehemías le pidió al rey que le permitiera regresar a su país, y el rey se lo permitió. Así, Nehemías se convirtió en el gobernador de Judá y reconstruyó los muros de la ciudad y la puerta para la gente.
El sabía que su país había sido destruido y que, a causa de haber dejado los mandamientos de Dios, el pueblo se había empobrecido. Nehemías y el pueblo se arrepintieron incluso de los pecados de sus antepasados, y las fiestas y los altares fueron restablecidos.
Nehemías hizo un énfasis especial en guardar el Día de Reposo y prohibió toda actividad comercial.
Nehemías vio a un judío trabajando y a los gentiles vendiendo cosas en Jerusalén en el Día de Reposo, y reprendió a los judíos.
Nehemías 13:17 dice, "Y reprendí a los señores de Judá y les dije: ¿Qué mala cosa es esta que vosotros hacéis, profanando así el día de reposo?"
El versículo 18 dice, "¿No hicieron así vuestros padres, y trajo nuestro Dios todo este mal sobre nosotros y sobre esta ciudad? ¿Y vosotros añadís ira sobre Israel profanando el día de reposo?"
La historia de Israel nos muestra bendiciones y maldiciones sobre el pueblo, de acuerdo a si obedecían o no a Dios.
Ellos disfrutaban prosperidad cuando guardaban los mandamientos de Dios.
Pero cuando se alejaban de Sus mandamientos, sufrían invasión extranjera, hambruna o enfermedades.
Ellos tuvieron que aprender de su propia historia. Cuando nos toca enfrentar problemas en la familia, enfermedades y otras calamidades, no podemos simplemente resolverlos buscando las razones en lo físico.
Debemos considerar los aspectos físicos, es decir, nuestra relación con Dios, para poder resolver los problemas fundamentales.
Si hay alguien que no ha vivido conforme la Palabra de Dios, debemos arrepentirnos y vivir conforme la Palabra de Dios. De esa manera, los desastres los abandonaran y serán bendecidos.
Proverbios 1:33 dice, "Para recibir el consejo de prudencia, justicia, juicio y equidad;" Hermanos y hermanas, los judíos llegaron al arrepentimiento después de que fuera destruida su nación por haberse apartado de Dios.
Cuando Esdras leyó la Ley de Dios en frente a todo el pueblo, ellos se arrepintieron hasta las lágrimas. Luego, ellos intentaron guardar la Ley y vivir conforme la Palabra de Dios.
Nehemías cerraba las puertas de la ciudad antes del Día de Reposo, para que de ese modo, los que querían vender no pudieran entrar o salir.
Los levitas santificaban sus cuerpos y permanecían de pie en las puertas.
Incluso, los levitas echaron a los comerciantes que estaban durmiendo a las afueras de los muros de la ciudad que querían vender cosas ni bien se terminaba el Día de Reposo.
Del mismo modo que Nehemías y el pueblo cuidaban su ciudad tan rigurosamente, nosotros debemos guardar nuestros corazones.
Nosotros debemos mantenernos aleados de aquellas cosas que pueden hacernos violar el Día de Reposo y no santificarlo. Luego de que Nehemías lograra que el pueblo santificara el Día de Reposo, él hizo una valiente confesión ante Dios.
Nehemías 13:22b dice, "También por esto acuérdate de mí, Dios mío, y perdóname según la grandeza de tu misericordia."
1 Juan 3:21-22 dice, "Amados, si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios;
y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él."
Debido a que Nehemías santificó el Día de Reposo, pudo, con valentía, pudo las bendiciones de Dios.
Por lo tanto, anhelo ver que evidencien su amor por Dios, santificando el Día de Reposo.
Sólo entonces, podrán pedir fervientemente las bendiciones de Dios. En especial, los animo a que compren lo que necesiten para Día de Reposo con anterioridad.
Claro está, cuando visiten o aconsejen a un creyente nuevo, deberán ser prudentes.
Si ustedes le dicen a una persona nueva, que no conoce o no comprende la Palabra de Dios, que van a enfrentar consecuencias desastrosas si abren sus negocios o compara y venden algo en el Día del Señor, ellos tropezarán.
¡Cuán triste es que ellos dejen la iglesia, aun después de haber conocido al Señor, debido a que la palabra les resultó una carga! Es como alimentar a un bebe recién nacido con comida que les hace mal.
Si una persona que tiene poca fe abre su negocio o hace alguna compra después del servicio de domingo, no necesariamente significa que ha de ser castigada inmediatamente después. Dios le interesa guiarnos a cada uno conforme la mediad de fe que tengamos.
Dios les permite que adquieran experiencia y entendimiento para que puedan santificar el Día de reposo llenos de gozo, siendo por voluntad propia. Aún así, los líderes deben ensenarles cuál es la voluntad de Dios.
Ustedes deben darles a conocer el significado del Día de Reposo y de las bendiciones que les vendrá si lo santifican.
Si ustedes mismos comparten sus testimonios para plantar fe en ellos y oran por ellos; finalmente, ellos podrán santificarlo por propia voluntad.
Mas si alguien, que conociendo la voluntad de Dios y teniendo, fe aún así compra y vende algo en el Día de Reposo porque prefiere sus deseos y su comodidad, entonces las pruebas le sobrevendrán.
Dios no puede protegerlo aunque lo desee, porque no sería apropiado conforme la justicia de Dios.
Sin embargo, existen algunos pocos casos excepcionales cuando se les permite estas cosas. Por ejemplo, si la iglesia no puede brindarles la comida a los miembros del coro, entonces se le permite comprar comida fuera.
Esto no es comprar algo para beneficio personal de un individuo.
Ellos están sirviendo en la Obra del Señor, quien es el Señor del Día de Reposo; por consiguiente, Él no lo ve como un pecado.
Pero por supuesto, es mejor brindarles la comida en la iglesia.
Mas de nuevo les digo, que lo más importante es santificar el Día de Reposo con corazón verdadero.
En Lucas 6, Jesús nos enseña sobre el Día de Reposo.
Aconteció en un día de reposo, que pasando Jesús por los sembrados, sus discípulos arrancaban espigas y comían, restregándolas con las manos.
Y algunos de los fariseos les dijeron: ¿Por qué hacéis lo que no es lícito hacer en los días de reposo?
Respondiendo Jesús, les dijo: ¿Ni aun esto habéis leído, lo que hizo David cuando tuvo hambre él, y los que con él estaban; cómo entró en la casa de Dios, y tomó los panes de la proposición, de los cuales no es lícito comer sino sólo a los sacerdotes, y comió, y dio también a los que estaban con él? Y les decía: El Hijo del Hombre es Señor aun del día de reposo.
De esta manera, se santifica el Día de Reposo con verdadero corazón, entendiendo la voluntad de Jesús, el Señor del Día de Reposo.
Por ejemplo, la iglesia puede hacer algo para ayudar a los miembros, tales como, tener la librería, el kiosco y las maquinas expendedoras.
¿Por qué razón tenemos estas excepciones?
La buena razón es ayudar a los miembros a santificar el Día de Reposo.
En la librería, vendemos Biblias, alabanzas y las grabaciones de sermones, los cuales ayudan a la vida cristiana y alimentan la vida espiritual.
No se está comprando por lujuria o vendiendo cosas para ganancia.
El kiosco de la iglesia o las maquinas expendedoras están allí para que los niños o los nuevos creyentes no salgan afuera a comprar algo.
En ocasiones, algunos padres no preparan comida o golosinas para sus hijos de antemano.
¿Qué sucede si sus hijos comienzan a llorar por comida?
¿Debemos nosotros dejarles irse y faltar al Día de Reposo saliendo de la iglesia?
Asimismo, cuando algunas personas nuevas llegan a la iglesia, se les puede hacer muy difícil venir si no pueden comer ni tomar siquiera una taza de café después del almuerzo.
La iglesia cuenta con esas instalaciones para prevenir esos problemas.
Las ganancias obtenidas de allí se derivan a obras de caridad y misioneras, todo va para la salvación de las almas.
Por supuesto, es mejor preparar lo que se necesita de antemano para que no entren en ninguna transacción comercial en el Día de Reposo.
Dios aceptará con agrado nuestro corazón cuando nos esforcemos por guardar el Día de Reposo en cualquier situación.
Amados hermanos y hermanas en Cristo, quizás ustedes puedan tener otras preguntas con respecto a tratar de santificar el Día de Reposo.
Por ejemplo, si sus familiares, parientes o colegas se casan o festejan un cumpleaños el domingo.
¿Qué debemos hacer en tal caso?
Aquellos que celebran fiestas los domingos, es probable que sean no creyentes.
Además, la mayoría de las fiestas mundanas involucran alcohol y disfrute egoísta.
Así que, aquellos que tiene fe no van a querer disfrutar una fiesta o reunión un domingo.
Ustedes no desearían ir a ninguna fiesta mundana los domingos, bajo ninguna circunstancia.
Si ustedes han estado demostrando ese tipo de fe por mucho tiempo, las personas que los rodean, que los conocen, no malinterpretaran el hecho de que ustedes no vayan los domingos a sus fiestas.
Por ejemplo, cuando algunos cristianos no toman ni una gota de alcohol ni nada, puede que se enfrenten con alguna forma de oposición o persecución.
Si ustedes son bien reconocidos como cristianos fieles, pasarán esa situación con facilidad.
Incluso si hay algunas personas que los malinterpretan, Dios alejará la persecución y resolverá los malos entendidos.
Lo mismo sucede con el ir a las fiestas mundanas. No habrá malos entendidos si ustedes les explican la razón, los saludan y les muestran su aprecio con anterioridad a la fiesta.
Sin embargo, los nuevos creyentes pueden sentir que es algo difícil de hacer.
Por ejemplo, cuando un pariente no creyente se casa un domingo, a las personas nuevas les preocupa luego tener que enfrentar reacciones negativas.
En este caso, no es pecado, dentro de la medida de su fe, el atender a la boda.
Pero no deberían perderse el servicio de adoración. Deben asistir al servicio antes que ir.
Del mismo modo, no deberían a la fiesta de recepción después de la ceremonia. No está bien asistir a la fiesta mundana y participar de ella después de la boda.
Por supuesto, los creyentes nuevos todavía tiene una fe muy débil, y Dios no los condenará aunque vayan a la ceremonia de la boda, pero los exhorto a que traten de evitar ir a esas fiestas.
Aunque sólo asistan a la ceremonia de la boda, si ustedes continúan yendo a esos lugares una y otra vez, sus mentes se pueden acostumbrar a faltar al Día de Reposo.
Los exhorto, aún a los nuevos creyentes, a que confíen en Dios cada vez que tengan que enfrentar una situación como esa.
Es mi anhelo que ustedes crezcan en la fe rápidamente para que de ese modo, no haya nada ente ustedes y Dios que los detenga de santificar el Día de Reposo.
Pero incluso aquellos que sí tienen fe deban asistir a algunas fiestas mundanas por la salvación de otras almas.
Por ejemplo, un nuevo creyente se casa el domingo y ha invitado al pastor y a los líderes.
Si ellos no asisten, esa alma quizás también tambalee.
En tal caso, ellos no desean faltar al Día de Reposo, y ya que su deseo es la salvación de esa alma, que vale más que cualquier otra cosa del mundo, ir no sería violar el Día de Reposo.
Por supuesto, seria mejor dejar esa alma a Dios mediante la oración y santificar el Día de Reposo completamente. Pero si ustedes van por causa de la salvación de esa alma y pueden guiarlos a Dios por eso, está bien que vayan.
En Mateo 12:12 dice, "Pues ¿cuánto más vale un hombre que una oveja? Por consiguiente, es lícito hacer el bien en los días de reposo."
La voluntad del Señor, quien es el Señor del Día de Reposo, es la salvación de las almas.
Por lo tanto, espero que ustedes elijan lo que les da vida spiritual en cualquier situación.
Por eso, los animo en el nombre del Señor a transitar el camino para salvar muchas almas.

Conclusión

Queridos hermanos y hermanas en Cristo, nuestro Señor cumplió la Ley con amor. Es decir, nos liberó de la maldición de la Ley, que dice que la paga si violamos la Ley es la muerte.
Pero ahora, podemos disfrutar la libertad en la Verdad. Pero para que podamos disfrutar de la verdadera libertad, debemos despojarnos de todos aquellos deseos que son contrarios a los mandamientos.
1 Pedro 2:16 dice, "como libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios."
Podemos disfrutar la verdadera libertad en la Verdad sólo cuando tengamos la actitud de corazón de seguir la voluntad de Dios en cualquier tipo de situación.
Mientras haya en nosotros el deseo de pecar, tenemos que tener siempre cuidado en cometer pecado. Y si pecamos, tendremos que enfrentar pruebas y tribulaciones como consecuencia.
Lo mismo sucede cuando santificamos el Día de Reposo. Dios ensancha el límite de santificar el Día de Reposo.
Pero si tenemos el deseo de violar el Día de Reposo, hasta podemos caer en la muerte y nunca disfrutar de la verdadera libertad.
Por lo tanto, anhelo que santifiquen el Día de Reposo con todo su corazón y con amor verdadero por Dios.
Primero que todo, para santificar el Día de Reposo, no debemos hacer ningún trabajo mundano, sino adorar en la iglesia.
Segundo, debemos guardarlo con corazón y cuerpo santificados.
Tercero, debemos consagrarle el día entero a Dios.
Cuarto, no debemos comprar o vender nada en el Día de Reposo.
Al santificar el Día de Reposo, anhelo puedan disfrutar el verdadero descanso en esta tierra y también alcancen el descanso terno en el reino de los cielos.
Oro en el nombre del Señor para que puedan entrar a la Nueva Jerusalén, el lugar más cómodo y feliz del cielo.

[Amen]

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